jueves, 17 de diciembre de 2015

Viva Italia (II)

PUESTO ORIGINALMENTE EL 14-3-2012

Tres enamoradas.

Una noche de 1998. España se jugaba la Fed Cup ante Suiza. El dobles decisivo fue un partido tan largo que duró hasta la madrugada, lo cualo supuso para mí ir haciendo zapping entre TVE-1 y La 2. Por un lado el tenis que por supuesto quería que ganáramos, pero con un poco de malestar ya que enfrente estaban Hingis, uno de los motivos por los que me aficioné al deporte raquetil, y Patty (Schnyder) que en aquellos sus inicios tenía cierto parecido con Nicole Kidman bicivoladora. Por otro lado me interesaba cada vez más, cuando cambiaba de canal, la historia en miniserie de tres amigas por Italia que querían ser modelos y famosas y todo eso. Así que aparte de la sufrida victoria de las españolas y escenas sueltas del flim en realidad no me enteré de ná. No es como ahora, que tengo unas cuatro ventanas del PC abiertas, eso los días tranquilos.

Como tampoco me iba la vida en ello, no me molesté en buscar la película pero al toparme con ella en Youtube con mala calidad de imagen y subtitulada bajo el título Pasos a la fama ¿cómo no comprobar si merece la pena verla en condiciones? Y sí, es una petardada del quince, maravillosa. Recuerdo que la más prota de todas es muy gafe, poochie y acumula desgracias por doquier. El inicio es muy fuerte: la pobre y guapísima Bianca (Romina Mondello, una pseudo Bellucci) está currando en un sótano ilegal de costurera. Se le acerca el jefe gordo cabrón con la excusa de que le cosa el botón del pantalón, insinuando que o falacia inolvidable o puerta, pero en ese momento la policía entra en una monumental redada.

Bianca se queda pues sin laboro. Y comienza el divertimiento. Vamos a la humildde casa de la chica en la que se queja a sus padres de que no quiere ser una obrera mileurista porque para algo es un bellezón, y su papá está de acuerdo, con frases como:

PAPA: -Tú eres diferente lo sabemos, siempre lo has sido. Princesa debiste ser y vivir en un palacio. Pero fuiste hija mía.

Eso a una tía de 18 años ya. Tienen un complejo de padres de Leela de órdago. Y tras una discusión con impagables gestos faciales del padre, la niña se va a Roma, como Caterina a perseguir su sueño. Quede claro el mensaje, que como es guapa no va a intentar ser astronauta, ni violonchelista. Va a ser modelo, a pesar de las pegas que le pone su noviete mientras hacen footing, en otra retahíla de frases fantabulosas. Nada, Bianca está decidida y seguirá los consejos del señor Burns, deshaciéndose del pesao éste y todos los seres queridos que le repliquen su sabia elección. Aunque en el tren se le cuela el hermanito que para no variar es bastante repelente.


















Pasamos a presentar a la segunda de las tres amigas. Fiamma lleva toda la vida preparándose para ser un florero andante, y por fín ha conseguido cita con una agencia, Metrópolis. Se ve que ha dispuesto del suficiente capital para un correcto entrenamiento, pues es la imagen ideal de aspirantes a puta de luj... a modelo: perfecta en maquillajes, ropas, bronceado, conversaciones insulsas que giran al ciento por ciento sobre moda, etc. Su novio tampoco está lo que se dice contento, y en otra rápida disputa lo deja también. Estas no esperan ni a que las elijan de Misses. Con un casting ya les vale para arrojar a los lastres.

Y la tercera en discordia. Nathalie es de clase media, va a la universidad y hace horas de niñera para una amiga que manda foto a Metrópolis de sus gemelas con la sana intención de explotarlas y vivir de ellas. En dicha foto sale Nat que recibe una llamada, que la quieren a ella. Genial, lo de robarle el puesto acompañando a una amiga está muy visto, mejor robárselo a dos churumbeles. El del taxi que la lleva será luego el acosador que la rondará, pero muy gracioso el tipo.

La citada agencia está sita en la Plaza de España, esa de las escaleras interminables. Allí se conocerán las tres amigas (leer con voz de The Three Amigos, ya sabéis por quienes) dos con cita y la soñadora pueblerina a la aventura. Fiamma ha ido con su madre, orgullosísima que está:

MARE: -Va a danza desde los cuatro años. Monta a caballo y juega al tenis. Mi hija es única.

Da igual, la cojen porque es un bombonazo italiano, señora. A Bianca la humillan cruelmente por su paletismo. Y con Nat, la del gorrito francés, porque eslo, pasa lo contrario. Ella les suelta que está ahí por curiosidad, que va a la uni y es muy lista y que les den. Así que lo que consigue es que la despidan de niñera por tirarse la mañana de pellas, dejando a las niñas con un conocido que casi pasaba por allí, eso para ir a una entrevista de un trabajo que no le gusta. Esto la más genio de las tres. Las rubias comparten piso y Bianca vive con unos familiares.




















La forma de hacerse amigas todas y a su vez conseguir tres nuevos maromos más cool que sus pagafantas ex, es todo un prodigio del ingenio, una serie de situaciones perfectamente entrelazadas. Veamos: el perro de Fiamma (por supuesto que tiene uno, de esos pequeños) lo suelta el hermanito de Bianca porque sí, por joder. Este hecho hace que la dueña salga a buscarlo por las calles gritando su nombre, Bizcocho. Le va más que Cancerbero. Un pijo desconocido le ofrece su descapotable y ella ni duda en subirse (friday, friday...) ya tiene pretendiente. Su diálogo es tal que así:

DANDY: -Si encontramos a Bizcocho ¿cenas conmigo?
FIAMMA: -¿No me lo habrás robado tú?
DANDY: -Ojalá, así no sufriría la pena de pedirte tu número de teléfono.


Están hechos el uno para el otro. El niño secuestrador de cánidos se presenta ante Bianca con el chucho en medio de una discusión callejera entre los miembros de su familia, porque una prima la intentó suplantar en una prueba. Bianca, que es todo bondad, salva a Bizcocho de un vecino que quiere sacar dinero del animal vaya a saber usted cómo, y llama a la propietaria, Fiamma.

Y se cierra el círculo. Van a recogerlo en el taxi que Nat sigue usando para ir a todas partes, como si no hubiera otro en toda Roma. Y el tío que lo conduce es tan chispeante que la va conquistando y bajando esos humos de chica independiente. Que ésto es Italia nena. En serio, ese chaval es lo mejor de la peli. Va domando a su fierecilla a base de graciosas frases definitivas:

MARCELLO: -Tú y yo somos luz y sombra.
NATHALIE: -No entendí.
MARCELLO: -Olvídalo, no es nada.


A ver si no va a ser tan inteligente la Natalia. El caso es que como agradecimiento acogen a los hermanitos en el apartamento y ya pueden comenzar a espabilarla y todas a intentar triunfar como las azafatas de las teles de Berlusconi. Mínimo...

De aquí al final pasan otras cosas fantabulosas como que las rubias, además de vestir y peinar a Bianca como es debido la cuelan en una prueba diciendo que ésta vez no la reconocerán. La reconocen a los dos segundos. Pero entre que se arrepienten de haberse burlado de ella en el primer cast y que un cazatalentos de la agencia ya le había echado el ojo la admiten en el curso. De gratis además. La chica no intuye intenciones deshonestas. Más mona... pero no crean, que lo primero que hace nada más entrar en el mundillo es largar al hermanito de vuelta al pueblo. Frase memorable cuando le dice que el dinero que les envía que ganó fregando suelos, para que no se le pierda, se lo ha cosido en el pantalón. No obstante, no es la única que vive emociones fuertes. A Fiamma por causa de su chuloputas particular, el del descapotable. Que primero le hace el truco de yo conozco a mucha peña importante ¡y cuela! y se la tira.



















En la escuela de modelos vemos que no falta la profe sargento, atención:

SEÑO: -¿Conocéis el cuento de Pinocho?
TODAS: -Sííí...
SEÑO: -Aquí somos Geppetto, y vosotras nuestras bellas marionetas. Hasta que no aprendáis no seréis seres humanos.


Otro diálogo genial es cuando el acosador de Bianca le tapa los ojos y le pregunta:

FEDERICO: -¿Quién soy?
BIANCA: -¿Quién es?
FEDERICO: -No pienses mucho, dí lo que sea.


La ha calao, y no le importa que no sea una lumbrera la chiquilla. Bueno, al menos éste no es como el dandy de la otra, Fede la ayuda y la pretende porque también él es de origen humilde. Por pena, vamos. Tenemos los frentes amorosos cubiertos. Porque como bien titularon aquí, va de las vivencias sentimentales de las chicas. Lo otro, lo de las pasarelas, que extrañamente se les da chévere, apenas vemos su evolución. Son válidas y punto. Porque son italianas. Lo llevan en el ADN. Y la francesa también porque dejó los estudios y bajó al nivel de las demás. Esta no tiene más problema amoroso que su taxista es un tipo de la calle, italiano picarón de los de siempre, y ella descubre el encanto de la vida de lo mundano, o sea no universitario. Es una escena bonita y surrealista, cuando Marcello la lleva a ver a su familia.

Bianca continúa recibiendo las atenciones de su ojeador que la regala un vestido porque sí. Pongo en recuadrito la reacción contraplano de la muchacha, que sólo acierta a decir ''madre mía''

















Evidente ¿no? Amor puro y sincero nada machista. Sin embargo no duda en aconsejar a Nat en que no deje escapar al del taxi, porque un dicho de su pueblo reza amor y simpatía son parientes. ¿No será que son todos parientes entre sí? De todas maneras ya están ennoviadas de nuevo las tres amigas, falta por resolver el tema laboral. Que es resuelto a lo reality. Han de competir entre todas las del agencia y sólo una irá al Gran desfile de otoño. Como son muy amigas, el último plano son ellas diciéndose que si la elegida serás tú, no, tonta, serás tú... señalándose en una secuencia que ni Reservoir Dogs. Fin.

¿Cómo se les quedó el cuerpo? Esta aventura tan melodramática es un remake de una peli de los cincuenta, con Lucía Bosé y Marcello Mastroianni (que supongo hace de taxista, mismo nombre y referencia en la del 98) que seguro que es una de esas maravillas de antaño. Pero yo prefiero ésta miniserie porque destila chonez y superficialidad a tutiplén, un canto por dejarlo todo por un sueño. Que sea un canto a la frivolidad vale, está ambientada en el mundo de la moda. Pero tanta idiotez en los diálogos, machismo y pocas luces de las protas es lo que la convierte en mala pero divertida, telefilmera para más inri. Un curso de frivolidad acelerado para chicas loeweiles.

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