jueves, 16 de julio de 2015

¿En los 70 siempre fue otoño?

PUESTO ORIGINALMENTE EL 9-1-2011

Porque uno ve fotos, videoclises, las pelis de terror de entonces... debió pasar algo meteorológicamente hablando, para que todos los archivos audiovisuales referentes a esos años tengan lugar en un bosque lleno de hojas caídas, abrigos de entretiempo, la luz del sol filtrándose por todas partes entendiendo que el invierno aun no ha llegado. Si en los sesenta la imagen de estilismo era lo hippie, y en los ochenta los chandals de colorines chillones, en los setenta alguien decidió (acertadamente) que nos pondríamos elegantes, copiando a manos llenas todo lo parisino, que allí sí que fijo es siempre otoño.















Los cantantes jóvenes treintañeros (antes era así, a los 30 se era joven todavía) partían la pana nunca mejor dicho con vestimentas progre que abrigaban más de lo que el clima florestal que le pusieran de fondo precisara, un bosquejo inundado literalmente de hojas caídas marrones y amarillas que alfombraban los paseos de enamorados ''juntos de la mano...'' o los paseos del solitario abandonado, todos gastando suela (que para eso tienes un espacio natural así, para aprovecharlo y tirar millas) Jeanette, Cecilia, Camilo Sesto, Nino Bravo... os aseguro que buscando fotos de artistas de aquellos años los fondos de los blogs son todos un bosque otoñal, y las cabeceras. ¿Coincidencia? En el cine dramático español intelectualoide también era fijo situar la trama o pasarse buena parte de la peli en un habitat rural, los reportajes de las revistas colocaban a los famosos en plena naturaleza, con o sin ríachuelo, pero en el bosque más cercano que proporciona gratis unos efectos visuales, para el pelo sobre todo, que ni los trucos de cámara de Treintaytantos para que lucieran todos brillantísimos.
















Pero fueron los cantantes solistas los que más explotaron ese entorno para compartir sus desengaños amorosos, sus esperanzas de libertad, sus... un momento: el todos contra el fuego no tendría una parte interesada, de conservar lo más posible un escenario barato y elegante para los videoclips de entonces... porque otra cosa no, pero un abrigaco largo marrón con plumifería rodeando el cuello y muñecas luce moderno (en aquel entonces) y europeo que te cagas. Pero no pasa nada, hay hojas de sobra... además pasear es bueno para la salud, y ya que estás allí te puedes poner a buscar setas o trufas. Todo ventajas.

Vale, me estoy poniendo graciosillo, pero quiero decir que si algo me viene a la mente al pensar en esos cantantres es respeto, por sus grandes voces, su profesionalidad, las letras de las canciones y todo ese estilismo preciosista en concordancia con el medio ambiente. Unos cracks.

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