PUESTO ORIGINALMENTE EL 22-4-2011
Me parece interesante, analizar la forma de vestir de nuestros ídolos.
Unos, como Sheldon Cooper, están atrapados en la imagen que deben dar.
Molan sus camisetas, se venden en webs, pero está sujeto al estilo
friki. Como Will Smith no podía salirse de lo rapero pues era su
identidad. Otros, sin embargo, tuvieron margen para crear tendencias y
cosa curiosa, lo original iba acompañado del excentricismo. Porque
muchas de las camisas de Parker Lewis son guiri playero total, tal vez
buscando dar vistosidad al referente más serio en el lucir que fue
Ferris Bueller.
Lo raro y colorido también era firma de personalidad de Clarissa y
Blossom, aunque a medida que se acerca la universidad ésta última se
puso más clásica. Es curioso como hace veinte años abundaban las
camisas, serias o divertidas (o directamente horteras) y ahora se usan
más bien como signo de elegancia en series sibaritas, como Gossip Girl o
Glee, más que para ir un poco arreglao de forma habitual.
PETER ENGEL ODIA LAS CAMISETAS.
Y
es que hemos evolucionado en teoría para bien, no se puede decir nada
en contra de las combinaciones de los chicos de Skins, del frikismo
igualmente de los de The It Crowd, o la mrp (most recognizable phrase)
'ponte traje' de Barney Stinson. Todo vale si se hace bien, pero una
cosa, sólo uno, el más grande, se permitió ejercer con polos y chandals:
Chris Peterson. Eso sí era libertad. O uno que yo me sé que quería ir
de terciopelo.
Lo que está claro es que antaño las camisas se veían más en las series
de instituto, como prenda para ir a clase o a poco que hubiera que
acicalarse: no era raro que fuera percha habitual de Salvados por la
campana a Sensación de vivir, Dawson Crece, mi estimada Zoe, Duncan,
Jack and Jane y que me aspen que no recuerdo una sola camiseta en La
pandilla plumilla o Los primeros de la clase.
Pero los nuevos tiempos claman frikismo, y se conoce que una imagen
plasmada en una camiseta define, en un solo golpe visual, la
personalidad y gustos del individuo que la porta. Por mí bien, oiga,
pero donde esté una camisa rozando el borde de lo hortera... y luego
está Degrassi. Eso sí era poner a cada uno una identidad por como vista.
Es que eran muchos.
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