PUESTO ORIGINALMENTE EL 12-10-2010
Salvo en los informativos, donde la palabra autocrítica ya brillaba por
su ausencia (sobre todo al hablar del Valencia F.C.) Canal 9 y supongo
que otras autonómicas tenían cosas buenas en horarios infantiles. Todos
recordamos Dragon Ball, los dibus de Astérix en cuanto hubieran más de
tres días de fiesta seguidos, y un par de veces a la semana películas
ochenteras entretenidas tipo Dentro del laberinto o Nuestros maravillosos
aliados.
Pero no quiero olvidar las mañanas de los findes y la
bendita selección de películas menores que no rascaron nada en cine (por
enésima vez, las malditas distribuidoras) que supusieron un reducto
para los que no queríamos ver otra vez los dibujos ya vistos mil veces
que daban las otras cadenas. Y es obligado empezar citando a John
Sayles. El secreto de la isla de las focas fue seguramente la más
emitida en éste ciclo, y seguramente la mejor. Pero como de esa es fácil
encontrar info por la web (y doy gracias por ello) y la de
Fotografiando hadas se la llevó Antena 3 a las madrugadas (¡) voy mejor
con las aventuras detectivescas de dos chavales que como cine es
correctita y no más, pero como idea para el género preadolescente de
entonces es necesariamente educativa.
Tenemos a Geneva, una espabilada niña de 12 años que como todos los
aficionados a la literatura juvenil detectivesca olfatea por su barrio,
en busca de algún vecino que se muestre sospechoso y vivir en la
realidad un misterio para resolverlo ella misma. Eso lo hemos hecho
muchos chicos, pero seguro que pocas chicas. Y bingo, encuentra un caso
del que ocuparse: la desaparición de Kelly Harrington, una rubia que
luego veremos que el nombre le va al pelo (chiste interno para lectores
asiduos). La tal Kelly es una alumna de instituto que se escapó de casa y
con la excusa de hacer un artículo para el periódico del cole, Geneva
se pone a investigar con la ayuda de su colega de clase Tommy, que hace
de Watson e intenta persuadirla cuando su amiga parece obsesionarse con
la chica desaparecida a la que admira de forma exagerada.
En un
tono más serio y encantador que Nancy Drew (que tal y como está el patio
de tele infantil es la única comparación aceptable que se me ocurre)
las pesquisas llevan a los chicos al mundo de la música grunge y rock,
pues resulta que la Kelly huyó para hacerse un sitio en el panorama
musical emulando a Samantha Mathis en Esa cosa llamada amor (título que
infravalora esa peli). Spoileo porque es difícil que avisten Finding
Kelly por las teles hoy día. Lo que no pondré es la conversación final
cuando encuentran a la chica y las explicaciones de cuan (o no)
dramática estaba la situación en su casa con los papis, básicamente
porque no me acuerdo de tanto.
Sin ser más que una simpática peli
para críos, el hecho de que Holmes sea la fémina del dúo, la acertada
elección de la prota y que colaborara una gran veterana como Jeanetta
Arnette (la profe de Los primeros de la clase) es más que suficiente
para preferirlo a los dibujos psicodélicos tipo Ace Ventura que
invitaban pioneramente a matar neuronas con chistes idiotas. De verdad,
yo prefería las películas con aspecto de series o tv-movies más cercanas
a lo ochentero por muy olvidables que sean, por pequeñitas, y que con
el cambio de siglo nadie en su sano juicio se arriesga a hacer y lo
entiendo, pues no eran de ritmo videoclipero, pero yo encantado entonces
del precio por elegir la opción autonómica. Ya ves, sólo ví un par de
episodios de Bola de Dan. Que me aspen si el resto no eran iguales
todos.
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