Cuidado que están presentes en tos laos y avanzan. Y no todos nerds, sólo... la mayoría. Lo cual no es óbice para triunfar en el intrínseco mundo de hoy día. Desde que Bill Gates y su repeinado se hicieran los dueños de la informática, muchos pupilos han seguido sus pasos. Con más humildad, que cada generación mejora la anterior. No se fíen de las apariencias, como en todas partes los hay simpáticos, raros, hasta casi normales. El inventor de la espuma para el pelo vive muy bien gracias a ésta peña.
Primera dinastía. 1950-1990 d.C.
Aunque Gates represente el súmmum del negocio virtual, en los inicios del fenómeno ya había representantes en otros ámbitos. En la literatura llevan una amplia y recta carrera Stephen King, Juan Manuel de Prada y Sapientín, primo de Zipi y Zape. El primero a pesar de su aspecto nos ha hecho temblar de miedo muchas veces, el segundo igual pero de otra forma. Y el tercero estereotipo total, es algo muy entrañable lo que hacía Escobar poniendo nombres que correspondían con el trabajo o la pinta de sus personajes. Clark Kent no ligaba un pijo al ir de incógnito en una mezcla temible de los tres anteriores (alto, caracolillo, empollón...) pero luego sacaba pecho y fuera gafas y la nena cayó rendida. Ayuda lo de salvar al mundo y poder volar sin pagar a Iberia cien euros por maleta.
Music bands
Weezer iban de cincuenteros, está justificado el repeinado con amplio flequillo. Pero aunque muchos no lo sepan siguen en activo y con el mismo rollo, de género y de aspecto. Este mes nuevo disco. Con esos y con Jet (separados) todos los grupos indie sensibles captaron el concepto y ahí están, los hay muy buenos a pesar de gastarse la pasta en gomina en vez de drogas. El cantante de The Decemberists, el de Spandau Ballet, los de The White Stripes que son muy de Stu tu tu tu Studio Line. Mención especial a los que llevan súperflequillo y no se deshace, caso de Cornershop o Kings of Leon.
Antes de seguir, diferenciar entre despeinado peinado y repeinado. Piedrahíta, despeinado peinado. Joaquín Reyes, repeinado. Y ahora vamos con los rubios de religiones estrictas:
Dent May y su magnífico ukelele
https://www.youtube.com/watch?v=iB36ETTlOSM
Mira el nene de mamá que peazo voz country se saca y como se va haciendo con el clip, poco a poco hasta ganarse el respeto de los que antes le ignoraban. Con aplomo, sin inmutarse y no le basta más que un ukelele, magnífico eso sí.
Kenneth Parccell
https://www.youtube.com/watch?v=HMHyrTRHRVw
De Rockefeller Plaza. Este ha necesitado su tiempo, como el resto de los personajes de esa gran serie. Todos superan sus estereotipos para terminar siendo indispensables, y Kenneth es el más destacado de los secundarios. Ingenuo, de una religión casi mormona que le hace ser tan educado que irrita, pero siempre dispuesto a darlo todo en cada misión que le encomienden por el bien de la empresa.
Sergei Karjakin
A sus 19 años ganó en enero el Wijk Aan Zee y despejó cualquier duda sobre si era uno de los elegidos. En poco tiempo se ha casado con una guapa colega de tablero y sus resultados son mejores en general, postulándose como uno de los candidatos a título mundial y acortar distancias en las apuestas con su rival generacional, Carlsen (Matt Damon).
Niles Crane
La constancia. Esa es la clave para ligarse a una chica Benny Hill. Snob, estirado y sin embargo donde cae mal Juan Manuel de Prada él triunfa. Porque sufre el yugo de una mujer, sólo que en vez de madre por esposa caprisochilla. Y por favor que nadie salga con lo de la voz, ésto no es Youtube.
Ruppert Everett en los 90, Laporta, Karpov de joven (sección con mi grasa no más), el de California Dreams, Chechu, Sergio Ramos... lo que me lleva a los videojuegos del medievo, y a muchos de Dragon Ball. Y por último decir que Brian Adams primero se repeina y luego mete el dedo en el enchufe. El término medio, ideal. Como siempre que se hacen éstos artículos chorras, invito a que ustedes completen que no doy más por hoy.
Pd: dedicado a Hannah Spearritt, por el atentado que le han hecho en la cabellera para la serie de dinos. Antes estaba más mona.
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