PUESTO ORIGINALMENTE EL 14-3-2012
Tres enamoradas.
Una
noche de 1998. España se jugaba la Fed Cup ante Suiza. El dobles
decisivo fue un partido tan largo que duró hasta la madrugada, lo cualo
supuso para mí ir haciendo zapping entre TVE-1 y La 2. Por un lado el
tenis que por supuesto quería que ganáramos, pero con un poco de
malestar ya que enfrente estaban Hingis, uno de los motivos por los que
me aficioné al deporte raquetil, y Patty (Schnyder) que en aquellos sus
inicios tenía cierto parecido con Nicole Kidman bicivoladora. Por otro
lado me interesaba cada vez más, cuando cambiaba de canal, la historia
en miniserie de tres amigas por Italia que querían ser modelos y famosas
y todo eso. Así que aparte de la sufrida victoria de las españolas y
escenas sueltas del flim en realidad no me enteré de ná. No es como
ahora, que tengo unas cuatro ventanas del PC abiertas, eso los días
tranquilos.
Como tampoco me iba la vida en ello, no me molesté en
buscar la película pero al toparme con ella en Youtube con mala calidad
de imagen y subtitulada bajo el título Pasos a la fama ¿cómo no
comprobar si merece la pena verla en condiciones? Y sí, es una petardada
del quince, maravillosa. Recuerdo que la más prota de todas es muy
gafe, poochie y acumula desgracias por doquier. El inicio es muy fuerte:
la pobre y guapísima Bianca (Romina Mondello, una pseudo Bellucci) está
currando en un sótano ilegal de costurera. Se le acerca el jefe gordo
cabrón con la excusa de que le cosa el botón del pantalón, insinuando
que o falacia inolvidable o puerta, pero en ese momento la policía entra
en una monumental redada.
Bianca se queda pues sin laboro. Y
comienza el divertimiento. Vamos a la humildde casa de la chica en la
que se queja a sus padres de que no quiere ser una obrera mileurista
porque para algo es un bellezón, y su papá está de acuerdo, con frases
como:
PAPA: -Tú eres diferente lo sabemos, siempre lo has sido. Princesa debiste ser y vivir en un palacio. Pero fuiste hija mía.
Eso
a una tía de 18 años ya. Tienen un complejo de padres de Leela de
órdago. Y tras una discusión con impagables gestos faciales del padre,
la niña se va a Roma, como Caterina a perseguir su sueño. Quede claro el
mensaje, que como es guapa no va a intentar ser astronauta, ni
violonchelista. Va a ser modelo, a pesar de las pegas que le pone su
noviete mientras hacen footing, en otra retahíla de frases fantabulosas.
Nada, Bianca está decidida y seguirá los consejos del señor Burns,
deshaciéndose del pesao éste y todos los seres queridos que le repliquen
su sabia elección. Aunque en el tren se le cuela el hermanito que para
no variar es bastante repelente.
Pasamos a presentar a la segunda de las tres amigas. Fiamma lleva toda
la vida preparándose para ser un florero andante, y por fín ha
conseguido cita con una agencia, Metrópolis. Se ve que ha dispuesto del
suficiente capital para un correcto entrenamiento, pues es la imagen
ideal de aspirantes a puta de luj... a modelo: perfecta en maquillajes,
ropas, bronceado, conversaciones insulsas que giran al ciento por ciento
sobre moda, etc. Su novio tampoco está lo que se dice contento, y en
otra rápida disputa lo deja también. Estas no esperan ni a que las
elijan de Misses. Con un casting ya les vale para arrojar a los lastres.
Y
la tercera en discordia. Nathalie es de clase media, va a la
universidad y hace horas de niñera para una amiga que manda foto a
Metrópolis de sus gemelas con la sana intención de explotarlas y vivir
de ellas. En dicha foto sale Nat que recibe una llamada, que la quieren a
ella. Genial, lo de robarle el puesto acompañando a una amiga está muy
visto, mejor robárselo a dos churumbeles. El del taxi que la lleva será
luego el acosador que la rondará, pero muy gracioso el tipo.
La
citada agencia está sita en la Plaza de España, esa de las escaleras
interminables. Allí se conocerán las tres amigas (leer con voz de The
Three Amigos, ya sabéis por quienes) dos con cita y la soñadora
pueblerina a la aventura. Fiamma ha ido con su madre, orgullosísima que
está:
MARE: -Va a danza desde los cuatro años. Monta a caballo y juega al tenis. Mi hija es única.
Da
igual, la cojen porque es un bombonazo italiano, señora. A Bianca la
humillan cruelmente por su paletismo. Y con Nat, la del gorrito francés,
porque eslo, pasa lo contrario. Ella les suelta que está ahí por
curiosidad, que va a la uni y es muy lista y que les den. Así que lo que
consigue es que la despidan de niñera por tirarse la mañana de pellas,
dejando a las niñas con un conocido que casi pasaba por allí, eso para
ir a una entrevista de un trabajo que no le gusta. Esto la más genio de
las tres. Las rubias comparten piso y Bianca vive con unos familiares.
La forma de hacerse amigas todas y a su vez conseguir tres nuevos
maromos más cool que sus pagafantas ex, es todo un prodigio del ingenio,
una serie de situaciones perfectamente entrelazadas. Veamos: el perro
de Fiamma (por supuesto que tiene uno, de esos pequeños) lo suelta el
hermanito de Bianca porque sí, por joder. Este hecho hace que la dueña
salga a buscarlo por las calles gritando su nombre, Bizcocho. Le va más
que Cancerbero. Un pijo desconocido le ofrece su descapotable y ella ni
duda en subirse (friday, friday...) ya tiene pretendiente. Su diálogo es
tal que así:
DANDY: -Si encontramos a Bizcocho ¿cenas conmigo?
FIAMMA: -¿No me lo habrás robado tú?
DANDY: -Ojalá, así no sufriría la pena de pedirte tu número de teléfono.
Están
hechos el uno para el otro. El niño secuestrador de cánidos se presenta
ante Bianca con el chucho en medio de una discusión callejera entre los
miembros de su familia, porque una prima la intentó suplantar en una
prueba. Bianca, que es todo bondad, salva a Bizcocho de un vecino que
quiere sacar dinero del animal vaya a saber usted cómo, y llama a la
propietaria, Fiamma.
Y se cierra el círculo. Van a recogerlo en
el taxi que Nat sigue usando para ir a todas partes, como si no hubiera
otro en toda Roma. Y el tío que lo conduce es tan chispeante que la va
conquistando y bajando esos humos de chica independiente. Que ésto es
Italia nena. En serio, ese chaval es lo mejor de la peli. Va domando a
su fierecilla a base de graciosas frases definitivas:
MARCELLO: -Tú y yo somos luz y sombra.
NATHALIE: -No entendí.
MARCELLO: -Olvídalo, no es nada.
A
ver si no va a ser tan inteligente la Natalia. El caso es que como
agradecimiento acogen a los hermanitos en el apartamento y ya pueden
comenzar a espabilarla y todas a intentar triunfar como las azafatas de
las teles de Berlusconi. Mínimo...
De aquí al final pasan otras
cosas fantabulosas como que las rubias, además de vestir y peinar a
Bianca como es debido la cuelan en una prueba diciendo que ésta vez no
la reconocerán. La reconocen a los dos segundos. Pero entre que se
arrepienten de haberse burlado de ella en el primer cast y que un
cazatalentos de la agencia ya le había echado el ojo la admiten en el
curso. De gratis además. La chica no intuye intenciones deshonestas. Más
mona... pero no crean, que lo primero que hace nada más entrar en el
mundillo es largar al hermanito de vuelta al pueblo. Frase memorable
cuando le dice que el dinero que les envía que ganó fregando suelos,
para que no se le pierda, se lo ha cosido en el pantalón. No obstante,
no es la única que vive emociones fuertes. A Fiamma por causa de su
chuloputas particular, el del descapotable. Que primero le hace el truco
de yo conozco a mucha peña importante ¡y cuela! y se la tira.
En la escuela de modelos vemos que no falta la profe sargento, atención:
SEÑO: -¿Conocéis el cuento de Pinocho?
TODAS: -Sííí...
SEÑO: -Aquí somos Geppetto, y vosotras nuestras bellas marionetas. Hasta que no aprendáis no seréis seres humanos.
Otro diálogo genial es cuando el acosador de Bianca le tapa los ojos y le pregunta:
FEDERICO: -¿Quién soy?
BIANCA: -¿Quién es?
FEDERICO: -No pienses mucho, dí lo que sea.
La
ha calao, y no le importa que no sea una lumbrera la chiquilla. Bueno,
al menos éste no es como el dandy de la otra, Fede la ayuda y la
pretende porque también él es de origen humilde. Por pena, vamos.
Tenemos los frentes amorosos cubiertos. Porque como bien titularon aquí,
va de las vivencias sentimentales de las chicas. Lo otro, lo de las
pasarelas, que extrañamente se les da chévere, apenas vemos su
evolución. Son válidas y punto. Porque son italianas. Lo llevan en el
ADN. Y la francesa también porque dejó los estudios y bajó al nivel de
las demás. Esta no tiene más problema amoroso que su taxista es un tipo
de la calle, italiano picarón de los de siempre, y ella descubre el
encanto de la vida de lo mundano, o sea no universitario. Es una escena
bonita y surrealista, cuando Marcello la lleva a ver a su familia.
Bianca
continúa recibiendo las atenciones de su ojeador que la regala un
vestido porque sí. Pongo en recuadrito la reacción contraplano de la
muchacha, que sólo acierta a decir ''madre mía''
Evidente ¿no? Amor puro y sincero nada machista. Sin embargo no duda en
aconsejar a Nat en que no deje escapar al del taxi, porque un dicho de
su pueblo reza amor y simpatía son parientes. ¿No será que son todos
parientes entre sí? De todas maneras ya están ennoviadas de nuevo las
tres amigas, falta por resolver el tema laboral. Que es resuelto a lo
reality. Han de competir entre todas las del agencia y sólo una irá al
Gran desfile de otoño. Como son muy amigas, el último plano son ellas
diciéndose que si la elegida serás tú, no, tonta, serás tú...
señalándose en una secuencia que ni Reservoir Dogs. Fin.
¿Cómo se
les quedó el cuerpo? Esta aventura tan melodramática es un remake de
una peli de los cincuenta, con Lucía Bosé y Marcello Mastroianni (que
supongo hace de taxista, mismo nombre y referencia en la del 98) que
seguro que es una de esas maravillas de antaño. Pero yo prefiero ésta
miniserie porque destila chonez y superficialidad a tutiplén, un canto
por dejarlo todo por un sueño. Que sea un canto a la frivolidad vale,
está ambientada en el mundo de la moda. Pero tanta idiotez en los
diálogos, machismo y pocas luces de las protas es lo que la convierte en
mala pero divertida, telefilmera para más inri. Un curso de frivolidad
acelerado para chicas loeweiles.
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