Seguro que (aun) quedan cosas por contar del dance. Y segurísimo que quedan cosas por contar del mundo de los aperitivos. Bueno, hay quienes gastamos de éstos en merendolas o banquetes por ocasiones especiales (visionados, lecturas de post largos... antaño, ya no, por eventos deportivos) a lo que voy es que seguiré utilizando el término comida basura por costumbre, aunque denoste el concepto. Algunas cosas tienen sus propiedades alimenticias, no sé, los frutos secos, o los helados de verdad. Tienen alguna cantidad de midiclorianos buenos para el organismo. Aunque sea en pequeño porcentaje. Que si el Aquarius aporta sales minerales, la fibra en los cereales... y ya en modo muy ingenuo puede que los productos fabricados de forma artesanal... da igual. Están buenos. Traen pegatinas. Precisamente quería hablar hoy de esos pequeños comerciantes de cada rincón patrio que luchan con las grandes empresas por sobrevivir con su negocio familiar desde hace lustros. A ver cuántos encontramos que considerar mejores que las marcas más megafamosas.
¿SABRAN A GALLO AUTENTICO?
Un día te encuentras en la situación de, por el motivo que sea, tirar de improvisación. El hiper queda lejos. Sólo quieres un par de cosas. No queda tiempo y va a empezar el episodio de tu serie favorita en diez minutos. O si son como yo, que prefieren leer o ver contenidos audiovisuales picando algo, elaboremos un plan de urgencia. En tienda de barrio, en supermercado, en chinestores (tiendas de chinos) no suele haber problemas para encontrar la mayoría de lo que sea de marcas conocidas. Pero si te da por querer arriesgar un poco, se mezcla la duda con la gula. Ejemplo: cortezas. Un mundo complicado. En el Carrefour o en tiendas especializadas en frutos secos y similares suele haber de las buenas, reconocibles porque van en un atractivo cubo y lo mismo ni tienen nombre. Pues esas son las buenas, como las altramuces o las pipas de mercadillo. No nombre, pos son las mejores. Vas a compararlas con las de bolsa del Tío Pencho en cualquier súper, o mejor dicho, Upper. En éste primer caso el vencedor es desconocido, bueno aunque se vendan en hipers el fabricante no es un grande.
Entremos ya con las patatas fritas, que es donde más se ve que hay pezqueñines en juego. Diferenciar ante todo las llamadas 'de churrería' que se venden donde los pollos fritos (paradojas de la life) El caso es que esas son las putas amas. Los Contis se apuntaron a hacerlas pero no llegaron al nivel. Sí la marca Rubio, de Cehegín (Murcia) que se quedan más cerca de las caseras y tienen otras, las Extra Gruesa que son una maravilla también. Muy superiores a ese hype gafapastil que son las Lays Gourmet. Se ríen en la cara de las gourmet, -HOYGA-
Lo más paradójico aun es que en las patatas fritas normales de toda la vida, las de éstas marcas locales son en su casi totalidad una bazofia. Para eso las Ruffles Jamón forever o si eres uno de esos desviados* que gustan de las de régimen o lights que son amasijos triturados y vuelta a freir, con las del Hacendado o Día vale. Pero lo que viene a ser la patata chip estándar no he probado muchas de marca humilde que me cumplan como una Ruffles en onduladas o mis preferidas, las finas del Aldi que cambian de nombre a ratos pero son las mismas delicias. Si acaso las cada vez más conocidas Añavieja (Soria) aunque tampoco me hagan demasiado caso, tengo un vergonzoso secreto: me molan las Presunto Jamón del Día. Para gustos, los presuntos colores.
*Robando frases a Armabot en podcast Hamburguesas (desviados los de Pepsi)
SONIC ERA DE RISI
Bebidas. Bebidas isotónicas. Bebidas energéticas: Red Bull. He probado todas las alternativas, más que nada porque van a mitad de precio (o menos) y uno piensa que bien frías deben saber igual. Y no, desgraciadamente para nuestros bolsillos la empresa austríaca tiene un algo, perjudicial seguramente aparte de la taurina, que nos matará con una sonrisa. Ello no impide que como idiotas agradecemos cuando en el cartel del estante pone promo de 'Segunda unidad a mitad de precio' y si es en las latas medianas o grandes, casi que arrodillarse y gesto de alab. Patético, lo sé.
Ahora el snack que ha dado idea a éste informe: el maiz horneado Pollitos Aspil. Como siempre, aroma a pseudo pollo asado o algo así en un gusanito con forma de pollo... es empalagoso, empachoso, pero adictivo. El sabor es fuerte pero no tanto para ser picante, y el regusto que deja tampoco es ofensivo del todo. Por ello que la otra tarde cuando no tenía otra cosa de aperitivo me salvó la lectura de una larga entrada bloguil y debo agradecerlo. En ésta ocasión, gana el artículo minimalista.
Antaño he hablado de los frutos secos de pasada, pero hay dos alimentos en los que hay que matizar y diferenciar. Pistachos y Almendras. Para salir del paso, unos Alteza o cualquier marca generalista puede valer. Pero no llevan suficiente polvillo ni sal como las de tienda especializada o mercadillo. Sabéis que es cierto, ese detalle es el que nos priva, aunque nos deje la lengua como un trapo. En el caso de las almendras fritas hay que hablar de bares. Llevo toda la vida cocinando en casa intentando que queden como en el típico antro ya sea de carretera o ciudad que, aunque permítanme presumir de haber alcanzado un nivel, exactamente igual de sobresalientes no me salen. Pensaré que se debe al hecho de que mi cocina está limpia, me falta ese gérmen... gérmene... ¿cuál es el singular de gérmenes? da igual, que marca la diferencia.
COME FIBRA. VIVIRAS MAS
También mencionar el mundo de los sandwiches mixtos. Servidor no es amante de las pizzas ni de las hamburguesas, así que cuando me da por algo parecido recurro al emparedado típico de (una) lámina de jamón york entre dos cuadrados de queso fundido para extend... tranchetes, vamos. Y últimamente reniego de los bordes del pan de molde. Como no soy tan inútil me salen lo bastante bien como en el restaurante del Carrefour, lo que no he intentado ni intentaré nunca es probar los fríos de máquina expendedora. En qué desesperada situación alguien puede pensar siquiera ocurrírsele catar eso. Lo preocupante es que éstos y otros atentados al estómago habitan en las máquinas de los hospitales. Aunque la comida propia de los hospitales es todavía peor xD
Por favor, que nadie se asuste ahora por lo que voy a decir. He encontrado un arroz inflado que me gusta tanto (no supera) como los monchitos. Es que son de barbacoa, sabiendo a barbacoa dando el pego. Como me pilla lejos la tienda donde los compré (y la búsqueda por mis dominios resultó infructuosa) sigo con los Pegui cuando, como resaltaba al principio, no hay motivos suficientes para sacar los patines. Pero en éste caso empate entre gran marca y humilde fabricante.
Más cosas. Pronto llegará el calor, aquí un entusiasta del granizado de limón. Otra cosa que algún iluminado creyó que se puede envasar como cualquier otro refresco. Ñeeec, no, que no, será porque hay que mantenerlo en según qué condiciones, es horrendo en comparación con el de las marmitas rodantes o en tiendas. Aunque ahí también lo hay malos, aguados, extra azucarados... como soy muy exigente cada año recorro varios sitios antes de hallar el que crea perfecto. ¿El casero? Como con las almendras, aun estoy en ello.
UNICO MOTIVO VALIDO PARA IR A UN SALON OTAKU
Por último, con todo, hay que arriesgar. De vez en cuando lo que parece chusco resulta ser una alegría. Gran día el que descubrí que los donuts Mercadona son casi casi como los Dupis. Algunos los echábamos de menos y nos vale. De los Bimbocao por desgracia no hay nada parecido. Cometí el error de comprar los de marca de súper que se notaba ya en la foto que era una bomba chocolatáctica. Porque eran 4 a un euro. Tras un bocado, el resto a la basura y los otros tres para las visitas. Un sabor suave de chocolate no gusta hoy día, por lo visto. En fín, a veces se gana y a veces se pierde.
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