PUESTO ORIGINALMENTE EL 25-10-2012
Los fans de las novelas de detectives juveniles lo sabemos. La Semana
Santa está para resolver misterios. Un día para que el/los prota/s vean
como sus parientes mayores les quieren meter un panorama aburrido los
días festivos. Pero algo en el último momento les salvará. La invitación
a otro lugar más atractivo para ellos y, en ocasiones, sin los padres.
Alegría doble.
Otro día para el viaje. Suele ser en tren.
Otro día para asentarse en la casa del familiar lejano o amigo que les
acoge y conocer a algún chaval/a de su edad que más adelante les
ayudará, y a lo mejor también a un extraño vecino que pudiere ser el
malo.
Unos tres días para resolver el misterio, que incluye la investigación,
merodear por los dominios de los malos para ser echados de allí par de
veces, darse un voltio por una localidad mayor (persiguiendo a
sospechoso o para leer números atrasados de diario local) conocer a
algunos seres carismáticos que por momentos se añaden a la lista de
sospechosos, descubrir cuevas y túneles...
Un día y una noche en la que son apresados y secuestrados por los malos.
Pero ná, a la mañana son rescatados por la poli que es avisada por el
amigo que se escapó, el perro que es muy listo o un adulto que tenían
por sospechoso.
Dos días para volver a casa. El último se celebra una cena o comida
donde los padres comentan con los invitados (algunos adultos del relato)
sobre la aventuras de los chicos. Se dan todos los detalles para los
lectores menos exigentes, se bromea y tal para acabar en risas tipo
menos mal que salió todo bien.
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