PUESTO ORIGINALMENTE EL 19-3-2013
Con un nombre de productora tan guay, nada malo puede pasar. O sí:
Siendo de 1989 la peli ésta, y si Parker Lewis comenzó en 1990 podemos
suponer que el amigo rockero Mikey Randall (Billy Jayne en la real life)
no era un desconocido allá en los USA para hacer de prota en una de
esas comedias locas ochenteras... y pasa que en verdad tiene más carrera
antes de la serie que después. Continuidad en varias series con Jason
Bateman, Alfonso Ribeiro o Corey Feldman. Filmes de terror de cierto
culto como Cumpleaños sangriento y Hospital masacre, y otras ochenteces
como Party Camp, imprescindible verla como cualquier otra de campamentos
y picores.
Con éste prestigioso bagaje llegó nuestro Mikey a Dr. Alien, de
argumento típico al inicio (científico descubre OVNI y mientras conduce a
cascarlo muere en un accidente) pero a continuación una locura total:
la sustituta del tipo como maestra en un insti es una macizorra,
alienígena pero... que se fija en Wesley (Jayne) para ser su conejillo
de indias sexual y ayudante de laboratorio, donde le inyecta un líquido
verde que le transforma del nerd timidillo que era a un tío molón
caprichito de las nenas, lo que en teoría es bueno.
Pero veremos que no. El sex-appeal le viene cuando le surge de la chola
el gusano espacial de Kim Basinger en Mi novia es una extraterrestre, o
un primo lejano, momentos en los que además de volverse irresistible
para las chicas adquiere otros poderes como saber pelear contra los
matones, dar el pego como star del rock, y cuando se oculta vuelve a ser
él mismo. Esto genera confusiones con su mejor amigo, la amiga que iba
para novia, su familia, tanto poder tengas responsabilidad te echas o
algo así dice un famoso dicho arácnido. La doctora alien (porque en
realidad así sería el título correcto) y su ayudante siguen de cerca las
citas y aventuras en las que se va metiendo el chaval porque de eso se
trata, de un estudio de comportamiento y tal.
Todo correcto, las situaciones son divertidas... sobre el papel. Ni la
forma de actuar de la doctora ni de Mikey (parece un clon de Patrick
Dempsey en lo de poner caras de bobón) tienen la fuerza cómica
necesaria. Ni el ritmo general de la peli, sólo lo medio logra el colega
gracioso con gestos y frases que puedan funcionar, le falta chispa al
asunto. Se ve aumento de carisma en el prota, pero hay dos o tres
escenas clave que también deberían destilarlo. Con todo, es tan chorra
que no se la puede culpar de tener elevadas intenciones
cinematográficas, tenemos desnudos por doquier y se resuelve la trama
como todos queremos, pero eso sería spoiler y me ha sido tan fácil
encontrarla que lo mismo algún fan de Parker Lewis le pica la
curiosidad. Para ellos sí la recomiendo. Y ya digo, que salen muchas
tetas.
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