PUESTO ORIGINALMENTE EL 3-7-2012
Que tampoco hacía falta, en 2003 ya estaba bien asentado el periodismo
basura en las generales, en horarios no aconsejables, pero claro, sitio
hay para uno más. Y dos, y tres... ONO quería cubrir un hueco que le
quedaba con prensa del cuore, en su oferta sustituyendo a Telemadrid SAT
para competir en esa guerra de plataformas (próximamente en Twitter)
que iba a dominar el panorama audiovisual. Ingeeenuos, no olieron lo de
la TDT.
El caso es que ONO te daba, con el internet + tele +
teléfono de entonces, unos cuantos canalillos y mira tú, que además
aparecía algún que otro canal extra como autonómicas, locales, porno
europeo... de vez en cuando resintonizabas y no faltaba una o dos
sorpresillas. No recuerdo si Telecorazón era en mi casa de legal o no,
pero aprendí mucho. De lo bajo que se puede caer en concepto de
amarillismo, vulgaridad, pisar el código deontológico, doble moral, etc.
por supuesto desde el divertimento más asombroso, que no soy tonto, que
las celebrities están en el ajo.
No eran los famosos de postín los que me preocupaban de lo que pasaba en
ésta tele, sino lo que hacían los (las, generalmente) becarios
aspirantes a víboras de teles más grandes para conseguir saltar a las tv
nacionales (algunas lo consiguieron)
Esas voces, de concurso de
madrugada chirriante y a todo volumen, choni total, cuando daban una
noticia con tono caricaturesco, casi chanante. O cuando en el plató dos o
tres tertulianas-presentadoras, comentaban la jugada básicamente
repitiendo lo mismo del vídeo pero en un debate como más en serio,
matizando aquí y allá, presumiendo de conocer un dato sobre algún
famosete de tres al cuarto como si estuvieran tratando alguna noticia
importante de verdad. Muchas chicas ya digo que más que becarias,
parecían yenis hechas y derechas en su última oportunidad de vivir su
How to Lose Friends and Alienate People, pero en Madrid. Al frente de
todo, don Carlos Ferrando, que algo malo haría para ser desterrado a
ésta escuela de misses de pueblo rebotadas de las discotecas de la
capital, y es que no hay futbolistas para todas. Y eso que también
acechan al B.
Cuando en 2008 se cerró el chiringuito, en uno de
los primeros ERE's en empresa importante con la llegada de la crisis,
pasó como en toda familia mal avenida. Dispersión, estampida, pisando
cuellos en la huída. Las chicas más monas que hubieran tenido arte para
progresar tuvieron su éxito, como Patricia Gallo de las Supernenas (el
otro programa estrella aparte de Demasiado Corazón, de Ferrando) que
hace cosas para Nova, o Gema Balbás, que ficharon en Tele 5 para El
buscador de historias, lo peor que se haya visto en cuanto a polemizar
manipulando, y luego a la radio con Ana Lozano. Eso es triunfar.
Yo disfrutaba un montón viendo lo evidente que estaba todo actuado en
éstos programas, no había podcasts y ante mí un Matrix de resultados
deportivos, algo quería de fondo, soy de esos enemigos del silencio. En
la radio política, las pelis tardaban en bajarse, y las otras teles aun
en programas similares me aburrían. Prefería Telecorazón como ahora el
cine cutre a propósito, sabiendo que el grado de credibilidad es cero, y
flipar con el nivel bajo al que se puede llegar igual que ahora hacen
varios programas de fútbol. Es cierto eso de que el periodismo deportivo
ha alcanzado la hediondiez y la falsedad del cuore. Un ejemplo del
ambiente en ésta prensa es cuando una se iba a un curro mejor: la
felicitaban (a veces por teléfono pues se había dado prisa en largarse)
le deseaban suerte y hasta soltaban bromita-súplica en plan cuando
progreses allí acuérdate de nosotras.
Así que por muy polémicos
que fueran ante las cámaras, me hubiera gustado ver por un agujerito la
rebotica, como en Anatomía de Grey, y ver cómo se critican unos a otros
sin la poca ética de que hacían gala. Así que sean amables con las
cajeras del Día o los que venden medias lunas en puestos callejeros,
como la Aniston. Porque si les suena la voz irritante de la interfecta
pudiera ser alguna de las que no logró tan altas cotas de fama. Ellas
sólo querían ser Carrie Bradshaw, en la mejor escuela de prensa basura
que ha habido y habrá.
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