PUESTO ORIGINALMENTE EL 3-8-2011
Como escribí una vez por acá, hubo un tiempo en el que, para que una
peli fuera indie, presupuestos aparte, había un requisito indispensable:
que acabara a tiros con o sin muchos muertos. De mediados a finales de
los 90, todo film independiente USA exploraba a seres especialitos,
deprimidos con la sociedad y tal, viajeros por la norteamérica profunda
que es donde abunda gente rara de cojones y así tienes situaciones
extrañas pero dentro de lo mundano, y si apetece, y solía apetecer, que
todo se complique y finalizar la historia con una ensalada de balas y
palos muy cuca. Que si el prota sobrevive le sirva de redención, o lo
mismo no sale vivo y da igual, es cine indie, se permite que no sea
final feliz.
Todo ésto molaba: ver a Reese Witherspoon dando caña a Jack Bauer por
esas polvorientas carreteras en Freeway, a Christina Ricci manipulando a
machotes de rubia tanto en Lo opuesto al sexo como en Bufallo 66, dando
carpetazo a la etapa infantil, o la angustia de Steve Buscemi, Willy H.
Macy y otros sufriendo en Fargo la teoría Bundy, el que es perdedor, lo
es siempre ya se encargará el destino de que eso no cambie.
POCAS SON TAN TAN TAN INDIES
¿Qué pasó? Que se hicieron tantas así que a la fuerza el género tenía
que evolucionar, que tanta brusquedad es mala para el turismo. Al final
uno acaba preguntándose si es creíble que un tío (Sean Penn) tenga tanta
mala suerte en Giro al infierno. O James Woods en Al final del Edén.
Nada, algo hay que hacer. Y tomando nota de pioneros en lo de quitar los
tiroteos y quedarse con lo del estudio social, en el 98 un joven
directorcillo hizo Academia Rushmore. Una gozada de peli, quien iba a
decirnos que se iba a repetir tanto Wes Anderson creando familias
disfuncionales que hartaría al fan más férrimo con la del tren, o que el
prota Jason Schwartzman (¿hombre reloj?) no sé por qué cuanto más lo
veo más ganas me dan de atropellarlo, es algo visceral, que me cae mal
vaya.
La cosa caló y se redujo la violencia para ir arrimándose a la comedia
disparatada, con la excusa de las drogas al principio (Homegrown)
argumento cuasi fantástico (Donnie Darko, Cómo ser John Malkovich) o
historias románticas verdaderas y honestas (You Can Count On Me, 'Tú, yo
y todos los demás') Nada que objetar, muy buenas todas. Se ha ampliado
el concepto y se tienen nominaciones a los Oscars al guión y algún
secundario. Pero ya sabemos como, de un tiempo a ésta parte, se les ha
ido de las manos. Lo indie no es indie, es comercial disfrazado de. Los
actores de entonces han crecido y se han pasado al lado oscuro. ¿Reese
aceptando el guión de Four Christmases? ¿Jake Gyllenhaal dando saltos de
videojuego por Persia? ¿Ryan Gosling a punto de ser Linterna Verde? Y
venga comedias de familias alocadas, y venga diálogos gafapastas.
Excepciones, por supuesto, haylas. Las vemos... en inglés, porque cada
vez tienen menos distribución en España. Han de triunfar pero bien: una
Juno llena de defectos pero efectiva cuesta hacerla 7'5 millones de
dólares y recaudó 228. Somewhere no sacará tanto, pero tiene premios en
festivales y una historia preciosa... después de una escena inicial
hecha a posta para irritar.
NO ME SUENA NI UNA OIGA
Así podemos seguir con otros (pocos) ejemplos de directores y actores
que siguen en el buen camino indie, con o sin violencia pero sin
traicionar las reglas, que son además de poca pasta unos diálogos no
subnormaloides o pseudointelectualoides, personajes interesantes,
comedia extravagante, amores creíbles... menos mal que tenemos internet y
existen subtítulos (de los que soy poco amigo, pero me resigno y trago
con algunas series que tardan en doblar y pelis de mis musas que ni de
coña darán en España) con eso vamos tirando. Quien sabe dónde
llegaremos. ¿Vuelta a la violencia visceral? ¿Desaparecerá como género
cinéfilo lo independiente? ¿Sundance ya murió?
Entre la mainstreamnización de lo indie y las malvadas distribuidoras
patrias, al final ni las películas medianas de presupuesto e intenciones
saldrán a cuento y les pasará lo mismo. A piratear como locos por no
tener otra opción. ¿Llegará el día en el que una gane el Oscar a la
mejor película y no la estrenen en nuestro país?. Responden (es ficción,
de mome) Teddy y Sinde a dúo: ''es que costó hacerla menos de 5
millones, es que sólo ha ganado en Cannes, Venecia, los Spirit, New York
Critics, Toronto... no Berlín y Los Globos. Es que son Patricia
Clarkson y Famke Jansen y Sam Rockwell, no tienen tirón suficiente. Va,
venga, la daremos con 50 copias un par de semanas, como con Déjame
entrar.''
CABRONES. Ojalá cuando sus muráis, sea Robert Altman quien decida dónde mandaros.
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